El propósito de todas tus defensas ha sido impedir que recibas lo que has de recibir hoy Y ante la luz y la dicha de la simple confianza, te preguntarás sorprendido cómo pudiste jamás pensar que tenías que defenderte de tu liberación.
El Cielo no pide nada. Es el infierno el que exige extravagantes sacrificios. Hoy no estarás renunciando a nada durante estos momentos en los que, sin defensas, te presentas ante tu Creador tal como realmente eres.
Él se ha acordado de ti. Hoy nosotros nos acordaremos de Él.
Pues ésta es la Pascua Florida de tu salvación. Y tú emerges de nuevo de lo que parecía ser la muerte y la desesperanza. ahora renace en ti la luz de la esperanza, pues ahora vienes sin defensas a descubrir cuál es tu papel en el plan de Dios. ¿Qué insignificantes planes o creencias mágicas pueden seguir teniendo valor una vez que la Voz que habla por Dios Mismo te ha mostrado tu función?
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